El sector de la energía es uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero tanto por las fuentes de energía de origen fósil que se usan para generar electricidad, como los combustibles que se usan en los vehículos de gasolina y gasóleo, en las calefacciones de gas y gasóleo, en la industria, etc.
La producción de energía eléctrica procede, en una parte aún muy importante, de la combustión de fuentes de energía fósil como el petróleo y el gas natural. Por el contrario, se considera que la energía producida por fuentes renovables tiene una emisión neutra. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 establece que la generación eléctrica renovable en 2030 será el 74% del total, coherente con una trayectoria hacia un sector eléctrico 100% renovable en 2050.
La energía eléctrica generada en centrales nucleares todavía tiene un peso importante y, aunque no emite CO2, provoca muchos riesgos de seguridad para las personas y para el medio ambiente debido a los residuos radiactivos.
¿Qué podemos hacer para reducir la huella de carbono?
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