Desde el inicio de la historia del planeta, ha habido cambios en las estructuras del clima motivados por factores de origen natural, pero el cambio climático actual está originado por la actividad humana y está directamente relacionado con las emisiones de gases de efecto invernadero que incrementan progresivamente la temperatura global. La vida se ha ido adaptando a las diversas modificaciones de la temperatura; sin embargo, el cambio al que nos enfrentamos es catalogado como emergencia climática porque nunca se habían registrado cambios a esta velocidad.
La quema de combustibles fósiles, la transformación de ecosistemas naturales en tierras de cultivo, la minería, la industria química, la agricultura y muchas otras actividades humanas está modificando los ciclos biogeoquímicos. La alteración del ciclo biogeoquímico del carbono está provocando actualmente el cambio climático global.
Superar el incremento en más de 2ºC de temperatura implicaría grandes riesgos para el planeta, ya que se activarían bucles de retroalimentación positivos del carbono y del metano, además de interrumpirse la circulación oceánica, motor de la actual distribución climática del planeta. Por tanto, superar este límite máximo supondría la incapacidad de predecir los futuros comportamientos del clima por parte de los modelos climáticos. De ahí que este límite de 2ºC sea muy arriesgado y se fije en 1’5ºC como máximo para el año 2030, teniendo que reducirse a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero para dicho horizonte con carácter urgente.
Comprender las raíces económicas del cambio climático requiere:
En lo material hay que estudiar el metabolismo social de los procesos económicos (intercambio de materiales y energía con el entorno), que ha experimentado un tránsito desde un metabolismo circular y sostenible a un metabolismo lineal que genera el agotamiento de recursos (entradas) y el deterioro ambiental (salidas), como el cambio climático.
Es importante subrayar que siendo el Cambio Climático una consecuencia de este metabolismo socioeconómico se haya erigido en protagonista del problema ambiental prescindiendo de la consideración del extractivismo que lo provoca.
La desertificación, la degradación de los suelos por sobreexplotación agrícola, el vaciado y la contaminación de acuíferos, la deforestación, la contaminación del aire y el agua, las mareas negras, la sobreexplotación minera, la construcción de infraestructuras como presas o carreteras, los accidentes y residuos de industrias químicas, mineras y nucleares están provocando lo que se conoce como migraciones ambientales.
También provocan estas migraciones fenómenos como sequías, inundaciones, terremotos, erupciones volcánicas o huracanes que no tienen un origen antrópico en algunos casos y en otros están favorecidos por el cambio climático. Las consecuencias de estos fenómenos naturales suelen verse empeoradas por falta de previsión y por la preferencia de la adaptación frente a la mitigación, por lo que acaban convirtiéndose en "catástrofes naturales".
La Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad define el derecho a la ciudad como el usufructo equitativo de las ciudades dentro de los principios de sustentabilidad y justicia social. Se entiende como un derecho colectivo de los habitantes de las ciudades, en especial de los grupos empobrecidos vulnerables y desfavorecidos, que les confiere la legitimidad de acción y de organización, basado en sus usos y costumbres, con el objetivo de alcanzar el pleno ejercicio del derecho a un patrón de vida adecuado. El Derecho a la Ciudad es interdependiente de todos los derechos humanos internacionalmente reconocidos e incluye, por tanto, todos los derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales que ya están reglamentados en los tratados internacionales de derechos humanos.
El territorio de las ciudades y su entorno rural es también espacio y lugar de ejercicio y cumplimiento de derechos colectivos como forma de asegurar la distribución y el disfrute equitativo, universal, justo, democrático y sustentable de los recursos, riquezas, servicios, bienes y oportunidades que brindan las ciudades. Por eso el Derecho a la Ciudad incluye también el derecho al desarrollo, a un medio ambiente sano, al disfrute y preservación de los recursos naturales, a la participación en la planificación y gestión urbana y a la herencia histórica y cultural.
Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad (2012): Foro Social de las Américas - Quito, julio 2004 y Foro Mundial Urbano – Barcelona, octubre 2004. Revista Paz y Conflictos, nº 5, 184-196.
Web of Science: Base de datos multidisciplinar
Ponencias del Curso de Extensión Universitaria en Emergencia Climática:
Fundamentos:
Raíces económicas:
Consecuencias sociales:
Derecho a la ciudad:
Cambio climático y coronavirus: