La definición de la honestidad académica se basa en el compromiso de cinco valores fundamentales y en los principios que emanan de estos valores: Honestidad, Confianza, Justicia, Respeto y Responsabilidad.
La honestidad académica consiste en el compromiso de defender estos cinco principios éticos. Además, genera beneficios como la credibilidad y el prestigio de los investigadores y promueve una cultura de integridad que favorece a la comunidad investigadora y supone un avance y progreso de la sociedad.
La vulneración de algunos de los cinco principios conlleva a la deshonestidad académica y al fraude científico (autorías, ficticias, afiliaciones falsas, plagio, falsificación o invención de datos resultados de investigación). A través de la base de datos Retraction Watch podemos encontrar hasta 102 motivos para la retractación de artículos por parte de las publicaciones científicas.
Para combatir el fraude científico y la deshonestidad académica se han creado comités a nivel europeo que velan por el cumplimiento de estos principios éticos y generen códigos de buena conducta.
El plagio se define como el empleo de ideas o contenidos ajenos, apropiándonos de ellos sin citar la fuente original. El hecho de la apropiación, tanto si es de manera deliberada como si se trata de un error (plagio involuntario), no sólo es una ilegalidad, sino que es una conducta deshonesta, al tomar como propio del trabajo y el esfuerzo de otros investigadores.
Para conocer qué es el plagio y el autoplagio y cómo evitarlo, puedes consultar desde aquí nuestra guía.
El Comité de Ética de la Publicación (COPE) ofrece también unas pautas a seguir para no incurrir en estas prácticas deshonestas.
Existen otras conductas que, si bien pueden pasar más desapercibidas o considerarse menores, no dejan de producir un perjuicio para la
Ciencia, a veces llevadas a cabo de forma involuntaria. Entre ellas destacamos las siguientes:
Los comités de ética en las instituciones universitarias y de investigación son el mejor punto de partida para garantizar que que los resultados producidos en ese organismo cumple con las normas éticas y sirven para dilucidar responsabilidades en caso de que se detecten casos de falta de integridad o fraude.
La Universidad de Sevilla, consciente de su deber y responsabilidad como organismo público de investigación, de velar por la integridad científica y ética en la investigación, hace suya la recomendación del Consejo Europeo de Investigación (ERC), que apuesta por la excelencia en la ética con el fin de agregar credibilidad y excelencia a la ciencia.
Para cumplir con este cometido, la Universidad de Sevilla cuenta con dos comités de evaluación ética de los proyectos de investigación: Comité Ético de la Experimentación Animal (CEEA) y Comité de Ética de la investigación de seres humanos (CEIUS).
Además, el Código de Buenas Prácticas en Investigación de la US establece un conjunto de recomendaciones y compromisos sobre la práctica de la actividad científica con el que se apuesta por el fomento de una buena praxis investigadora.
Puedes ampliar la información sobre Honestidad Académica consultando nuestro boletín: INVESTIGA: monográficos sobre investigación